A mediados de marzo hemos disfrutado con el segundo taller de prehistoria, con Oscar, nuestro arqueólogo favorito.
Esta vez tocaba descubrir la pintura rupestre.
Nos adentramos en nuestra cueva y plasmamos con soplidos nuestras manos y con velas hechas de barro dibujamos en la oscuridad usando palitos y pigmentos...
¡Cómo nos gusta esto de viajar al pasado!