Saltar al contenido

Visor

La prodigiosa voz de los cantantes de ópera

El 24 de febrero de 1607 se estrenó en el teatro de la corte de Mantua «L´Orfeo, favola in musica», partitura compuesta por Claudio Monteverdi sobre un poema de Alessandro Striggio. Esta fecha es la que se ha elegido para conmemorar el nacimiento de la ópera. En Argos nos hemos preguntado acerca del por qué de esas prodigiosas voces.

LaringeEl sonido básico

La voz humana se produce por la vibración de las cuerdas vocales , una estructura situada en la laringe, que producen un sonido básico, que se modula y resuena en la cavidad bucal, el tórax, la cavidad nasal y el paladar. La potencia de emisión del sonido depende de la impulsión del aire a presión desde los pulmones, la caja torácica, el abdomen y los músculos de la espalda. En total, 196 músculos se ponen en funcionamiento en un cantante de ópera, lo que le convierte en un auténtico "atleta" de la voz.

Cuanto más rápida es la vibración de las cuerdas vocales, más agudo es elSonidos agudos y graves sonido. Así, la nota más aguda que puede alcanzar la voz humana -Re6- supone una vibración de las cuerdas a una frecuencia de 2.349 veces por segundo. La longitud y tensión de las cuerdas vocales determinará esa frecuencia: cuánto más largas y finas, más agudo será el sonido producido.

El sonido interior

El cantante aprecia el sonido que produce y lo regula, gracias a la percepción directa, a través del oído -voz aérea-, y de la palpación del cuello y el pecho, que recogen las vibraciones producidas por el sonido emitido en el esqueleto -voz solidiana. Durante la emisión de un sonido agudo el cantante de ópera tiene la impresión de que el sonido le resuena en la cabeza, debido a la posición alta de la laringe; por el contrario, en los sonidos graves, la percepción del mismo es como si resonara en el pecho. Por eso los cantantes ponen frecuentemente sus manos en el pecho o el cuello: así afinan el sonido que producen , con el entrenamiento adecuado, son conscientes de los matices del sonido producido, independientemente del sonido ambiental de la orquesta o de la propia percepción de su voz, distorsionada tras reverberar y rebotar en el escenario o en salas amplias. Todo el mundo es consciente de la diferencia tan grande que existe entre cantar bajo la ducha, que nos hace parecer cantar mejor por la existencia de ecos y resonancias que desaparecen si cantamos al aire libre. 

    Pero hay más. La laringe está sostenida por el único hueso suelto del esqueleto: el hioides. Este hueso sumamente móvil, está unido de forma flexible a muchas estructuras: la laringe, la lengua, la mandíbula, el occipucio, el esternón, la clavícula y el omóplato. Por eso, un cantante entrenado podrá modular el sonido actuando sobre el hioides, mediante movimientos de la lengua, la mandíbula o el occipucio -nuca.

"Atletas de la voz"

    La potencia, en cambio, depende del volumen de aire espirado. En condiciones normales en cada inspiración se toman 500 ml de aire. El cantante de ópera requiere una captación de aire entre 2 y 3 veces mayor. La espiración debe ser un proceso controlado y regular, en lugar de brusca y rápida como en una persona en actividad normal. Es decir, el cantante de ópera debe conservar una posición del tórax como si inspirara mientras controla con sus músculos la espiración lenta y gradual de aire: es la "respiración sostenida".

    Existen dos formas principales de expulsión de aire: con predominio de la contracción de los músculos intercostales o con intervención del diafragma y el abdomen. El primer caso no es adecuado porque supone una elevación de los hombros que altera el sonido emitido por la laringe. Es, pues, el dominio de la musculatura lateral del abdomen la que permite aumentar la potencia normal en varios decibelios.  Usando los músculos abdominales, el tenor logra sonidos sostenidos e intensos; usando los músculos de las costillas, logran sonidos breves y rápidos.

    Se definen así seis categorías sonoras principales, del agudo al grave:

  • Para  la mujer: soprano, mezzosoprano, contralto
  • Para el hombre: tenor, barítono y bajo.
    Estas categorías se subdividen según los matices de la voz, hasta en 80 subcategorías.

 Los castrati

    Durante la pubertad, los cambios hormonales y las modificaciones anatómicas que conllevan, especialmente en el varón, hacen que se suela recomendar el reposo vocal mientras dura la llamada "muda". Un caso especialmente llamativo -y doloroso- es el de los "castrati", como el famoso Carlo Broshi "Farinelli " que alcanzaban una gran potencia y tesitura (la parte del registro sonoro que puede emitir con mayor facilidad): Si en el habla normal, las variaciones de altura del sonido no suelen superar una octava, un cantante operístico tiene una tesitura de 2 octavas + 1 tercera y una cantante alcanza las 2 octavas y media a 3 octavas. Farinelli tenía el récord de alcanzar tres octavas y media y sostener una nota durante dos minutos, algo fuera de las posibilidades de la mayoría de los cantantes de ópera, que apenas alcanzan los 30 segundos de sonido sostenido.

    Para lograr estos registros, eran castrados antes de que alcanzaran la pubertad, lo que retrasaba el endurecimiento de los cartílagos y mantenía su laringe infantil, pequeña y flexible, mientras que su cavidad torácica era la de un adulto. De esta manera, pese a ser hombres sus voces se asemejaban a las de una soprano o contralto. A esto hay que sumar las 10 horas de entrenamiento diario. El origen de los castrati está en la prohibición existente a las mujeres de cantar en las iglesias y escenarios de Roma. Esta práctica se prohibió definitivamente hasta 1903, en que fueron prohibidos por el papa León XIII, siendo sus puestos ocupados por mujeres.

 Sin micrófono

    ¿Como consiguen los cantantes de ópera superar el sonido de la orquesta y hacerse oír?  Imitando al gallo. En las mañanas, el canto del gallo se oye muy lejos gracias a que emite sonidos reforzados en una frecuencia de 3000 Hz. El cantante de ópera bien entrenado es capaz de emitir su voz con los armónicos -frecuencias secundarias- reforzados en esta frecuencia, superando así los 450 Hz de energía sonora máxima de la orquesta. Es, además, son estas frecuencias altas las que mejor oímos. Así, un tenor o una soprano no necesitan gritar para cantar, basta con ajustar sus cavidades de resonancia -boca y faringe.

    Otro "truco" usado por los cantantes de ópera es el empleo del vibrato: la voz no se emite en un sonido plano, sino que se emite "vibrando", en altibajos u ondulaciones. Este efecto mejora la sensación estética del sonido que se hace así más agradable y menos duro, y, además, permite que sea distinguido fácilmente por encima del sonido orquestal, a la vez que supone un descanso a la voz del cantante ya que, en las zonas bajas, su sistema nervioso y muscular se relaja lo suficiente para que no se dañen las cuerdas vocales por sobreesfuerzo.

    Como vemos, cantar ópera es algo más que emitir sonido con una gran potencia. Se requiere una perfecta coordinación de los tres elementos productores de la voz: el fuelle pulmonar, el diapasón de la laringe y la cámara de resonancia bucofaríngea.

    Para ello, los cantantes líricos han desarrollado una auténtica representación mental de cada sonido de manera que, en su mente, "ven" el sonido que desean producir y, cuando la maestría adquiere el grado adecuado, las estructuras anatómicas se adaptan para emitir de modo automático la nota deseada. 

 

    Ahora podrás apreciar mejor la voz de Caruso , uno de los mejores tenores de la historia, o el Ave María de Schubert, cantada por Jessye Norman , una de las voces sopranos más hermosas.

 

 

Para saber más